miércoles, 15 de septiembre de 2010

LA NOCION MEME

En el epílogo de El Gen Egoísta de Richard Dawkins se describe por primera vez la noción de meme. El meme se plantea como la evolución cultural del gen, una unidad de transmisión cultural.


El meme es a la cultura lo que el gen a la biología, si es posible una simplificación de este tipo. Meme sería todo lo que puede transmitirse entre cerebros: idea, chiste, moda, religión, etc.

Novedoso concepto que hace 20 años nos infecta con la idea de transmisiones simbólicas. Se termina de entender el concepto de meme explicando por qué el concepto de meme es un buen meme, por qué es pegajoso, por qué es recordable.


Los memes han aportado una gran metáfora para entender la transmisión de información entre comunidades o grupos de contacto. Su mayor contribución es incorporar una lógica biológica sobre patrones culturales, después de todo somos cultura sobre biología, cavernícolas que empezaron a leer, infantes simbólicos. La variable biológica es la que sigue primando por sobre la cultural, o metiéndose en las grietas que nos deja la cultura. Somos un recipiente biológico con una edad de senectud de 20 años.


Si bien los memes nos dan una dimensión atractiva para incluir en la reflexión sobre comunicación y cultura, pierden su efectividad cuando se olvida el contexto, la matriz cultural que los reproduce y los sostiene. La diferencia entre información y conocimiento cabe acá. Estas unidades de información que se comportan con una aparente autonomía de los cuerpos que la residen, pueden explicar algo de la reproducción de información en grupos, de los contextos, como influencia discursiva quizás, como alguna rama de la psicología. PERO…hay una distancia entre eso y pretender englobar TODO en la reducida analogía de los memes, y hasta hablar de Ciencia Memética como hace Susan Blackmore en este video de TED. Puede un meme por sí mismo explicar la victoria de un partido político? Puede la información pensarse en absolutos como la biología clásica?

Es el meme de los memes una idea peligrosa por la reducción que se pretende para fenómenos complejísimos de transmisión cultural, comunicación, sociología, y un larguísimo etcétera. Régis Debray nos previene del biologismo en Introducción a la Mediología cuando habla sobre los riesgos de pensar como un todo biológico desatendiendo las condiciones de la reproducción de la información. Por caso, no es posible reducir el fenómeno de la educación a la explicación memética.


Veo en 2Boing una publicación reciente de Susan Blackmore hablando sobre su nuevo hallazgo, el nuevo estadio evolutivo de la humanidad…los temes. Blackmore va mas allá y plantea en un tono alarmista y lúgubre la llegada de una nueva categoría, los temes, como los memes pero de la era digital. No basta con que los memes sean una metáfora sobre los mecanismos de transmisión de información (información, no cultura) para ahora intentar superarlos con los temes. Cuando las máquinas reproducen información sin pasar por voluntades humanas. Nos dice Susan, CUIDADO!!!! Cuando la evolución comienza no hay vuelta atrás!!!! Primero fueron los genes, después los memes, ahora los temes, esta tercera etapa catastrófica….el video de TED de hace un tiempo termina con la severa Susan diciéndonos:

Pero el daño que ya se hizo al planeta nos está mostrando lo peligroso que es el tercer punto, ese tercer punto peligroso, alcanzando el tercer replicador. ¿Y vamos a pasar este tercer punto peligroso como lo hicimos con el segundo y el primero? Quizás sí, quizás no. No tengo idea.

Es tan nuevo y tan improvisado el término que en el mismo artículo Susan nos pide consejos para bautizar el nuevo meme (?)


Superando al TED, a los memes que sirven para dar conferencias y jugar en internet con los amigos blogueros. Pueden rescatarse de estos planteos las dos dimensiones del hombre como ser biológico y ser cultural, y nadie lo dice mejor que Debray:


Sin duda los saberes de la cultura van con retraso respecto a las ciencias de la vida, y nosotros hemos adquirido conciencia, más profunda y más rápida, de los problemas de la genética que de los de lo numérico. La manipulación del embrión inquieta más que la manipulación de los archivos o de la información; existe un derecho Internacional para materia de bioética. También está oficialmente prohibido alterar el genoma humano (Declaración de las Naciones Unidas) y la clonación con finalidades de reproducción humana está sometida a una vigilancia estrecha.


En ese sentido, existen comités de ética. No obstante, no está prohibido confiscar sobre catálogo el patrimonio de imágenes de un país para controlar su difusión, ni marginar sus tesoros literarios privándolos de traducción ¿Llegará el día en que podamos considerar que la tecnoética es respecto a las políticas culturales, un equivalente de lo que la bioética es para las políticas sanitarias?


La dignidad de la persona humana no está menos en juego en la producción industrial de conciencias de lo que está en la reproducción sexuada de los cuerpos. Si nos consideramos responsables de los mecanismos de la herencia, también deberíamos ocuparnos de los hilos infinitamente más frágiles de nuestra herencia cultural.

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